martes, 8 de junio de 2010

El hombre de la chaqueta beis

Habiendo pasado el concierto de Miley Cyrus en Madrid y "saliendonos de madre", quería hacer una reflexión sobre los programas de televisión al estilo Lluvia de estrellas y estos grandes conciertos teen.

Nunca me han gustado los programas de la tele en los que cogen a un niño de ocho años, lo visten de adulto y lo ponen a cantar alguna canción popular para regocijo de sus padres. Un niño desafinando por muy "salao" que sea siempre será eso. Me explico, no sera más que un mono de feria que se muestra en la tele disfrazado de muñeca hinchable, con coloretes y todo, para que un montón de progenitores puedan grabar el programa en vídeo y poder disfrutarlo a solas toda la vida. (Seguro que son de esos que van por ahí diciendo que su hijo es raro porque es superdotado).

No entiendo cómo podemos estar tan preocupados por los derechos de los más pequeños cuando permitimos de alguna manera, que estos niños sean casi, casi, exhibidos por sus mayores para deleite de ellos mismos y unos pocos que disfrutan desde sus casas de la carne infantil, que le es servida en bandeja de plata sin moverse del sofá. ¿Acaso nadie piensa que hay un montón de personas refocilándose en su asiento mientras ven a una niña de once años contoneandose, vestida con ropa ajustada, cantando el último exito de Shakira? ¿Por qué somos tan hipócritas?

Cambiando de tercio, pero no de asunto. El otro día me crucé con un hombre con chaqueta fina sintetica color beis, el pelo ralo, con calva incipiente y un tupé de esos que nacen a vabor y pretenden llegar a estribor tapando toda la cubierta descubierta. El hombre tenía un ligero hilo blanco de baba en la comisura de los labios, una pequeña mochila a la espalda, casi infantil, la estampa me dio que pensar: Ése es el aspecto que tienen los pederastas en las pelis de Hollywood, y espero que me perdone el señor de la calle.
Una cosa me llevó a otra y de alguna manera pensé en ese tipo con la mochila llena de chuches en el concierto de Miley Cyrus. Un tipo rodeado de un montón de críos y crías por doquier, apretujado, oyendo sus gritos, sus risas, sus caras desencajadas, un tipo que mira a la Montana preguntandose si estaba justificado que el productor musical ese le diera con su "Calippo" durante una noche de celebración. Un tipo con un ligero hilillo de baba que se encuentra en ese momento en el paraiso de sus pasiones que mira en todas direcciones y que nada más que ve placer clavado en un espetón y dando vueltas como pollos en un asador, cocinándose en sus propios jugos.
Visualicé un concierto teen como un lugar de reunión de pederastas y de alguna manera me pregunté si hacemos bien en fomentar todo esto, si no deberíamos de ejercer algún tipo de control sobre la audiencia. Quién sabe.
Otro aviso a navegantes. Desconfiad del que no va con críos a un concierto de críos, y si tiene un hililllo blanco de baba y una chaqueta beis, coged al niño y salid corriendo.

lunes, 7 de junio de 2010

La belleza está en el interior

Hoy, tras salir del trabajo, me he subido al Metro, (transporte metropolitano madrileño que no corre, si no vuela). Al llegar a la estación de Gran Vía ha entrado un tipo, que a primera impresión podía pasar desapercibido. Como he dicho, a primera impresión, porque si le prestabas más atención, podías ver que tendría en torno a 45 años y llevaba una camiseta negra con la imagen corporativa del musical de La Bella y la Bestia; hasta ahí bien. Si prestabas algo más de atención, podías ver que debajo del título se podía leer un mensaje algo más reducido: "La belleza está en el interior"...

Francamente, eso me ha dado que pensar. He pensado en el hombre, en el mensaje, en la camiseta y en sus letras blancas. Se me ha escapado una sonrisilla. Si, sé en qué estáis pensando, el hombre guapo no era. No era ni tan siquiera un poco feo. Era feo, condenadamente feo. Me he preguntado por qué no se habrá comprado una camiseta lisa negra de Springfield.

Como diría un cura irlandes mientras mira y escucha al coro de niños de la iglesia. "Si es que van provocando".

viernes, 4 de junio de 2010

Rock para todos los públicos

Hoy ha empezado Rock in Rio y, durante cinco días, Arganda se convertirá en una de las capitales del rock mundial. Este año además, para hacer todavía mas grande al festival, al menos en extravagancia, los organizadores han introducido El día de la familia. El 6 de junio podremos disfrutar en el festival de Cantajuego, Amy McDonald, El Sueño de Morfeo y Miley Cirus, entre otros.

Me llama la atención que los chicos de Cantajuego comiencen su actuación a las 15:30 en un día como estos de junio en los que sólo ves lagartijas a esas horas. Seguro que la organización pensará eso de, son niños y a ellos les da igual, o, son niños y estos se hacen a todo. Y si, serán niños, pero van con sus padres... y espero que no sean tan tontos como para torrar a los pequeños al ritmo de El pollito Lito.

Ya por la tarde Amy McDonald actuará en el escenario Mundo y El sueño de Morfeo en el Sunset dejando como plato fuerte, que triste, a Hanna Montana, o sea, Miley Cyrus, ¿o era al revés? Por primera vez en España, veremos a la peque de Billy Ray, que en Hannah Montana es el padre de Miley Stewart, la chica que se transforma en Hannah Montana, que es Miley Cyrus en la vida real que es como se apellida Billy Ray, ¿o era al revés?

El caso, es que el dia 6 a las 21:30, Miley Cyrus acudirá al escenario Mundo a amenizar la noche de El día de la familia, y todos lo pequeños, niños, casi adolescentes que pintan las sabanas viejas de la familia, esas que se llevan al pueblo en verano, con mensajes de amor casto, saltarán y corearán las canciones como si les fuera la vida en ello.


Sentirán la pasión de un concierto, por primera vez y se irán a casa pensando que han vivido un acontecimiento casi catártico y a la mañana siguiente se tomarán el Cola-Cao con la camiseta de la Montana y todavía en sus ojos se les notará el poso de la emoción. Sus padres buscarán otras sabanas viejas para llevarse al pueblo. Aviso para navegantes. Cuidadito al día siguiente si tienes en casa el Karaoke de Hannah Montana.

martes, 1 de junio de 2010

Por un concierto del Siglo XX

Durante lo días 4, 5, 6, 11, y 14 de junio podremos disfrutar en Arganda del Rey, Madrid, de uno de los macroconciertos más renombrados del mundo, el Rock in Rio que, como su nombre indica comenzó su andadura allá por el año 1985 en la ciudad de Río de Janeiro, Brasil. En esa primera edición, el éxito de la convocatoria convertiría a este festival en auténtica leyenda, siendo uno de los conciertos más recordados el que realizó Queen, el 12 y 19 de enero, ante más de 300.000 personas, con grabación de vídeo VHS incluido, Queen: Live in Rio. El siglo XX estaba ya alcanzando su recta final y el Dios del Rock se manifestaba a toda potencia en forma de Watios, de luz y sonido. Por aquel entonces todos los de mi generación estábamos con la empanada de la adolescencia, hechos unos "pelos", comprándonos vinilos con lo último de Scorpions, AD/DC, Iron Maiden, Motorhead, Judas Priest, Whitesnake, Def Leppard y un largo etc. Se llevaban los tipos rudos con pelos cardados o los tipos rudos con melena rizada. No olvidemos que Europe y su Final Countdown llegarían en el 86. Las chicas se compraban discos de Eros Ramazzotti y de los Hombres G. A los chicos no nos gustaban.

El caso es que los conciertos de aquellos años eran como más auténticos, más incivilizados. Con la litrona, el vaquero elástico y el mechero en las baladas. Ahora, en el siglo XXI, no te dejan entrar con bebida, la gente te critica si fumas aunque sea en un campo de futbol y, por motivos de seguridad, ya nadie enciende el mechero, se enciende el movil, que es como mas geek. La gente de mi generación, que hemos crecido dentro de esa rivalidad Rolling-U2 por ver quién daba el concierto más grande nos hemos visto inmersos ya en la treintena en la vorágine del marketing y la publicidad, asistiendo a los megaconciertos-anuncio de varios días con la perplejidad propia del que lanza la frase, "Estoy mayor para ésto".

Conciertos de saco de dormir y esterilla, donde uno termina tan reventado que luego necesita quince días para recuperarse y sudar todo lo que has tomado. Conciertos donde lo que más se ve es la pancarta que anuncia una cerveza, o un coche, o una compañía de teléfonos que ayudan con su contribución a sufragar el caché de los artistas, que intuyo, y esto es sólo una apreciación, cobran tanto que no hay dinero suficiente para pagarles con el que se recauda de las entradas. Mención aparte, la pancarta de colaboración del ayuntamiento de marras, que proporciona el terreno, que ya no hay pueblo que se precie que no tenga su propio festival, aunque sea de fusión de jotas y ritmos étnicos.

Miro atrás y recuerdo ese concierto de U2 en el Calderón en el 93 y recuerdo con morriña todo el tinglado paralelo al concierto, con los billetitos que se canjeaban por dinero real para comprar productos de merchandising, el confesionario donde la gente podía decir algo, el mando a distancia, las teles via satelite, los coches flotando en el aire, todo "guay", ya me entendéis. Aquel despliegue de medios nos hacía pensar que todo aquello era sencillamente insuperable; el jumbotron era lo más, ahora lo es el led. La luz laser era una rareza, ahora aburre. Las cámaras eran desechables, ahora dan risa. Los niños se quedaban en casa con los abuelos, ahora hay guarderías en el mismo recinto del concierto.


El siglo XXI nos ha traído sueldos del pasado y guarderías en los conciertos con más capacidad que todas las guarderías municipales de Madrid juntas. Beber y fumar, no mucho, pero al peque lo puedes tener cerca mamando de las ubres del rock levantando su bracito y alzando sus deditos rechonchos, el indice y el meñique, al aire mientras sus papis no paran de pegar botes junto al escenario sabiendo que sus hijos están en buenas manos, como en la piscina de bolas de IKEA.

Lo que no entiendo es cómo van a hacer los miembros de la organización de este concierto para tratar de crear un ambiente lo suficientemente pueril como para no provocar controversia. Porque los pequeños desde su lugar de recreo deberían de poder oir el concierto, digo, y me llama la atención que a estas alturas el foro de la familia o similar no se haya quejado ante tamaña aberración para el cerebro de los más pequeños; nuestro futuro.



Me puedo imaginar el escenario Mundo el día 11 de junio, con los Cypress Hill o los Rage Against de Machine tocando y tu hijo/hija jugando con los amiguetes rockeros en la zona infantil, con sus camisas casual inmigrante chicano, mientras los cuidadores les dicen: Niños, tapaos las orejas que estos chicos cantan explicit lyrics y no queremos que vuestros padres* nos denuncien porque después no paráis de decir cosas raras. *(Padres o el foro de la familia, o similar).

Claro, que bien pensado, tiene que molar estar en casa con tu amigo rockero e hijos y escuchar de vez en cuando a su pequeñin / pequeñina, (que rollo esto del género): maderfoca, maderfoca, aiquil yu men y cosas parecidas, rollo ghetto, ya me entienden; o consignas zapatistas cortesía de Zack de la Rocha, el niño chillando "Viva Chiapas" y el padre hablando contigo como si tal cosa. No sé que pensaréis, pero yo casí que prefería los conciertos del siglo XX, no tan civilizados, más auténticos y dejar a los niños con los abuelos.